Si la introducción de un alimento nuevo es sinónimo de caos, es porque tu niño odia las sorpresas.
Para un cerebro que valora la predictibilidad por encima de todo, ver un objeto desconocido en su plato es una amenaza.
No importa si es saludable o delicioso; es una ruptura en el patrón, y la respuesta automática es la aversión.
La solución reside en la calma y en el poder del visual. Antes de que el alimento toque el plato, debe tocar la mente.
Este artículo te enseñará a crear historias visuales de alimentos, narrativas simples con dibujos o fotos que preparan el sistema nervioso de tu niño, transformando el miedo a lo desconocido en curiosidad.
Es una técnica simple, de bajo costo, y una de las más efectivas para presentar novedades sin crisis.
Por qué la imagen vence al miedo de la novedad
Las historias visuales de alimentos se basan en el principio de las Historias Sociales, una técnica que utiliza secuencias ilustradas para enseñar un comportamiento o un evento.
Para tu niño (especialmente si es autista), la imagen es el idioma primario; la palabra, a menudo, es solo ruido.
- El Proceso es Claro: La historia visual permite que el niño procese la novedad de forma segura, lejos del estrés de la mesa. Al contarle la historia del Tomate Amigo, su cerebro archiva la información: «El tomate es rojo y redondo, no me atacará».
- Reduce la Ansiedad: Al mostrarle el futuro —Te vas a sentar. Vas a ver el tomate. Podés tocarlo— eliminamos la Sorpresa Sensorial. La sorpresa es el enemigo de la alimentación selectiva.
- Construye el Vínculo: Usar historias visuales de alimentos transforma el alimento en un personaje, no en una expectativa. El foco está en la exploración táctil o visual (las victorias más allá de la ingestión de alimentos), no en la obligación de comer.
5 Pasos para Crear tus Historias Visuales de Alimentos
No necesitás ser un artista, solo un narrador paciente. Aquí está la guía para crear tus propias historias visuales de alimentos:
Paso 1: Elegir el Héroe (El Alimento)
Seleccioná un único alimento para la historia (idealmente, uno que esté en el Paso 1 o 2 de rechazo).
- Foco Único: Nunca presentes dos alimentos nuevos en la misma historia. El héroe debe ser simple: la manzana, la zanahoria, el brócoli.
- Nombre Simple: Dale un nombre descriptivo: La Zanahoria Crocante, El Pepino Frío, La Banana Suave.
Paso 2: El Viaje Sensorial (La Historia)
La historia tiene que ser corta (máximo 4-5 frases) y enfocarse en las características sensoriales, no en la acción de comer.
- Narrativa de Calma: El viaje debe ser desde el campo hasta la mesa.
- Foco Sensorial: Describí cómo se siente, cómo suena o qué olor tiene, sin juicios de valor. Ejemplo: «El brócoli es verde y parece un arbolito chiquito. Cuando lo toco, se siente duro.»
- La Interacción Segura: El final de la historia siempre debe involucrar una interacción no oral: tocar, oler o lamer.
Paso 3: Dibujo Simple o Foto Real
La clave es la claridad visual.
- Dibujo Simple: Los dibujos deben ser esquemáticos. No te preocupes por la perfección. Un círculo rojo con un tallo verde es un tomate.
- Foto Real: Si tu niño solo acepta fotos reales, sacá una foto clara del alimento sin fondo que distraiga (idealmente sobre un plato blanco). La foto debe coincidir exactamente con lo que aparecerá en el plato real.
- Tip de Experto: Podés armar las historias como un pequeño libro (tipo acordeón) con 3 o 4 viñetas (pasos) que el niño pueda manipular.
Paso 4: La Interacción (El Lector-Héroe)
La historia debe ser leída o contada antes de la comida y debe invitar a una acción.
- El Momento: Leé la historia a la hora del juego, lejos de la mesa, y pedíle al niño que toque la imagen del alimento.
- Refuerzo: «Cuando leemos la historia del brócoli, lo tocamos en el dibujo. Después, en la mesa, podemos tocarlo de verdad.»
Paso 5: El Final Abierto (Sin Presión)
La historia nunca debe terminar con la frase: «Y el niño comió feliz».
- El Objetivo es el Toque: El final de la historia es el momento de la exploración sin expectativas.
- Lenguaje de Final: «Cuando la manzana esté en tu plato, podés mirarla, podés tocarla, o podés darle un beso de nariz si querés. Después, termina la historia.»
- Propósito: Al eliminar la presión de la ingestión, reforzás las victorias más allá de la ingestión de alimentos.
¡A jugar! 2 ejemplos de historias visuales de alimentos
Para ayudarte a empezar con tus historias visuales de alimentos, acá tenés dos ejemplos prácticos que podés adaptar:
Historia 1: La Aventura del Brócoli Árbol
- Viñeta 1 (Dibujo del Brócoli): «Hola, soy el Brócoli Árbol. Soy verde y mi cabeza es como una esponja dura.»
- Viñeta 2 (Dibujo del Brócoli siendo Transportado): «Mi trabajo es viajar desde la verdulería hasta tu mesa. Viajo tranquilo.»
- Viñeta 3 (Dibujo de un Dedo Tocando el Brócoli): «Cuando llego a tu plato, no me tengo que comer. Podés tocar mi ‘cabeza’ con tu dedo. Se siente rugoso y fuerte.»
- Viñeta 4 (Dibujo del Niño Sentado en Calma): «Después de tocarme, podés seguir comiendo tu comida segura. ¡Gracias por conocerme!»
Historia 2: El Tomate Rojo que Viaja
- Viñeta 1 (Foto de un Tomate Rojo Brillante): «Soy el Tomate Redondo. Mi color es rojo, muy liso, y soy fresco.»
- Viñeta 2 (Foto de una Mano Sosteniendo el Tomate): «Me gusta ir a la cocina y que me laven con agua fresca. ¡Hago splash!»
- Viñeta 3 (Foto de la Mesa con el Tomate): «Voy a estar sentado en un plato chiquito, al lado de tu plato. Solo voy a estar quietito.»
- Viñeta 4 (Foto de un Niño oliendo el Tomate): «Si querés, podés oler mi perfume de sol, y ver qué tan liso soy. Después, podés seguir jugando.»
Al usar las historias visuales de alimentos, estás transformando la hora de la comida en un ambiente de curiosidad y seguridad. ¡Tu niño se siente en control porque no hay sorpresas!
Antes de sentarte a la mesa con tu libro de historias, asegurate de que la transición sea en calma. ¿Te gustaría dominar el tiempo de transición? Aprendé a crear la rutina de 5 minutos antes de la comida para que tu hijo llegue a la mesa ya preparado.
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Soy papá atípico y conozco de cerca los desafíos de la selectividad alimentaria en el autismo. En mi camino aprendí a transformar las comidas en momentos más livianos y positivos, sin presiones ni peleas innecesarias. En PuenteClaro comparto estrategias prácticas, recursos visuales y experiencias reales para acompañar a otras familias que buscan ampliar el repertorio alimentario de sus hijos, celebrando cada pequeño logro en el proceso.
